lunes, 22 de septiembre de 2014

La vida ahora.

He escrito mucho acerca de las tantas y tantas cosas que hay por hacer aquí en el cerrito y de cómo me han hecho sentir, pero no he hablado de la vida "ordinaria" que de vez en cuando se vive por aquí también, y  este post va a ser dedicado a eso. 

La vida en el Campus es muy intensa, tanto académicamente como a nivel social y emocional. A veces pasan muchas cosas (y mucha gente) en muy poco tiempo, y es agotador. Con esto no me refiero a que las cosas aquí vayan mal, al contrario: me encanta estar aquí. 

Creo que lo que más me sorprende de MUWCI es el ambiente académico. Según yo, en el Tec de Monterrey tenía mucha libertad y muchas oportunidades para crecer como estudiante y como persona. Luego llegué a MUWCI y bueno, no sé si es que hay gente de tantos lugares diferentes y por lo mismo se necesita una tolerancia mayor, o que las mentes están más abiertas a otras cosas, o qué sé yo...pero aquí me siento realmente libre.


Para empezar, puedo darle a mis materias el enfoque que a mí me parezca mejor. Eso es algo que los estudiantes del IB en el Tec de Monterrey no pueden hacer, por ejemplo. Como yo quiero estudiar Historia del Arte, decidí enfocarme más en Humanidades y llevo Literatura en Español, Literatura en Inglés, Historia y Artes Visuales entre mis materias, además de Biología y Estudios Matemáticos. 

Todas las materias que escogí me encantan. La verdad es que se siente muy extraño llegar a clase y decir "Ah, esta clase me gusta", y luego entrar a otra y decir "Oh, ésta también", y así con todas. Es un sentimiento que no había tenido antes. Creo que ni siquiera me molesta hacer tarea, aunque la tarea aquí es otro asunto, eso sí. En México estaba acostumbrada a que tenía las materias un día sí y un día no, por ejemplo: tendría Mate los lunes, miércoles y viernes e Historia los martes y jueves. Eso me daba dos días para hacer la tarea. Aquí no existe tal cosa como los días de la semana. Obviamente, el sábado y domingo los tengo libres para hacer lo que a mí me parezca mejor, pero de lunes a viernes los días se cuentan como Día 1, Día 2 y así...hasta el Día 7. Por lo mismo, tengo casi todas las materias todos los días, aunque siempre descansamos de una materia. Es un sistema complejo, pero funciona muy bien en términos de que nunca tengo días iguales, y por lo mismo es más difícil caer en la rutina y aburrirse, aunque tenga tarea todas las tardes.


Los salones de clases son otra onda. Las clases se toman en los Academic Quarters o AQ, como le decimos aquí. El AQ es en realidad es un círculo de salones. Cada salón tiene una ventana que da a una terraza individual de piedra, pero cada uno es diferente. En los salones en los que tenemos mesas, las mesas están puestas en un medio círculo, así que todos nos vemos y la conversación es fluida. Mi salón de Literatura en Español tiene colchones al centro y mesas en las orillas, el de Literatura en Inglés (mi favorito) tiene tapetes y almohadas, así que me puedo acostar o sentar. Para entrar a ese salón nos quitamos los zapatos (en parte por respeto y sensibilidad cultural y en parte porque es divertido y cómodo), y casi siempre uno de los perros de la escuela toma clase con nosotros.


Los maestros creen que para que un alumno esté aprendiendo necesita estar cómodo, entonces nos dejan comer, tomar agua/chai y hablar entre nosotros. Igual, me puedo levantar y caminar, estirarme,  acostarme, o lo que yo necesite para estar bien. En México nunca me hubieran dejado sentarme en el piso porque hasta cuando ponía un pie en la silla, algunos maestros decían "Siéntate bien". 

Mi clase de Biología (y todas las demás ciencias: Física, Química & Estudios Ambientales) la tomo en un edificio separado, en donde están los laboratorios, que son más parecidos a los que tenemos en casa.


Las clases del Grupo 6 (Artes Visuales, Cine, Teatro & Danza) se toman en otro edificio. El más bonito de todos. Mi salón de Arte está repleto de materiales, papeles, canvas, esculturas...es todo un estudio de artistas. Tiene un pared de puras ventanas, y la vista más hermosa de la escuela. Al centro están nuestras mesas de trabajo, y todo el tiempo huele a pintura y a inspiración.


En las tardes, algunas personas caminan hacia Internet Hill (el cerro vecino), otros bajan a Paud, la villa más grande que tenemos cerca, algunos más van hasta Pune, aunque eso es más bien los fines de semana. Hay gente que corre cerro abajo y luego cerro arriba por diversión. Otros se quedan en el Campus y van a la Casa del Árbol o al Templo a relajarse. Otros cocinan pasta en el Common Room mientras alguien canta y toca la guitarra y diecisiete personas más hacen la tarea a su alrededor.


Aunque quería explicar que también nosotros tenemos días normales, la verdad es que no es cierto. La vida aquí nunca es normal, y las cosas no son simplemente ordinarias. El hecho de salir de casa treinta segundos  antes de empezar clase y saber que aún así voy a llegar, no es normal. Tampoco es normal ir a clases descalza, en pijama, con la lluvia cayéndome encima, teniendo cuidado de no pisar los charcos o resbalar. No es normal ir a la casa de mi Asesor a tomar Chocolate Abuelita, o cocinar un pastel en casa de un Profe a medianoche, u organizar una Cena de Latinos en casa de la Profe de Lite. No es normal que estés enferma y tus roomies te hagan té y te lleven Oreos de contrabando al Med Center.


Asi como las cosas no son ordinarias, las personas tampoco. En mi otra escuela, la gente se sorprendía de que me pudiera vestir con faldas largas y pantalones "de hippie" para ir a clases. Aquí, no existe tal cosa como vestir "normal" porque cada quién tiene un estilo propio, distinto. Puedes llegar vestido con las cosas más raras y la gente no va siquiera a parpadear. Hace unos días escuché a alguien en la cafetería decir que no sabían si eso era bueno o malo, porque la gente que antes era extraña llegaba a MUWCI y sobrepasaba la excentricidad. Cierto, muy cierto.

De izquierda a derecha: Dipika (Texas/India)mi roomie, Kayleigh (Gales) mi vecina de enfrente, Srishti (Texas/India) mi vecina de arriba, Pietro (Costa Rica) que vive a una casa & Yael (Israel) que también vive arriba.

Creo que en algún momento la vida por aquí se estabiliza. El siguiente mes que se acaben las actividades de integración, mis clases de las tardes (las extra escolares) tendrán un horario fijo y sabré un poco mejor cómo va a funcionar mi vida. Los fines de semana serán completamente libres. Podré escribir por aquí más seguido. Por lo mientras no tengo de otra mas que disfrutar los colores y sabores del caos que es mi vida ahora. 

lunes, 8 de septiembre de 2014

Viviendo India.

El fin de semana pasado, MUWCI organizó varias actividades para que los recién llegados nos integráramos y conociéramos más acerca de nuestra comunidad. Algunos de mis compañeros fueron a tomar una caminata  por el Monte Wilkinson o el Grand Canyon, mientras que otros fueron a una visita cultural a una fortaleza cercana a la escuela, y el resto fuimos huéspedes en las casas de los habitantes cercanos. 

Ésta es mi aventura.

Primero, fuimos separados en grupos dependiendo de las villas a las que nos tocaría ir. La más cercana estaba como a 15 minutos caminando y la más lejana, a una hora. Algunos niños de las villas nos recogieron en la escuela y juntos fuimos caminando hasta sus casas. A mi, junto con una chica india, una finlandesa y una canadiense, nos tocó la villa más cercana. 

Llegar nos tomó más o menos media hora porque primero visitamos un templo dedicado a Krishna que nos quedaba en el camino. Como llegamos temprano, tuvimos tiempo de que Deepali y Pratiksha, nuestras anfitrionas, nos enseñaran las casas alrededor de la villa. En una de esas nos enteramos de varios datos curiosos acerca de las flores y plantas que tienen, entre las que está la albahaca, a la cual le rezan por tener propiedades curativas. 

Cuando nos habían mostrado su escuela, su templo y a algunos de sus vecinos, quienes fueron extremadamente amables con nosotros, regresamos todas a casa de Deepali para una sesión de dibujos con mehndi (henna). Ambas chicas son verdaderas artistas. 



Después, la chica finlandesa y la chica canadiense fueron con Pratiksha a su casa mientras la chica india y yo cenamos con Deepali. Su mamá y su abuela prepararon la comida india más deliciosa que he probado en mi vida. Aunque la verdad, estaba súper picosa (y eso que soy mexicana). En India, una manera de mostrar respeto y aprecio por tus invitados es darles de comer, asi que cada vez que nuestro plato parecía estar vacío, alguien acercaba una cuchara con arroz, o más chapati. Eso me hizo sentir de nuevo en casa. Ay México, cómo te extraño. 

Poco después, Deepali y su abuelita sacaron varios tapetes y los pusieron en el piso. Ahí dormimos Deepali, su abuelita, mi compañera india y yo mientras sus hermanos dormían en los sillones junto a nosotros. Antes de quedarme en su casa, había escuchado historias de algunos compañeros que habían tenido que dormir con las vacas, o aguantar a los ratones escalando las paredes. La verdad es que yo dormí muy bien. Incluso seguí dormida mientras que el gallo cantó a las 4 de la mañana y luego otra vez a las cinco. 

Me desperté justo a tiempo para tomar el primer chai del día y tener la última plática con Deepali y su familia, quienes nos pidieron que volviéramos pronto. Mis anfitrionas incluso salieron a despedirnos con abrazos de la villa y se quedaron diciéndonos adiós mientras que caminábamos entre los charcos y el paisaje verde, verde de la India de regreso al colegio. 

Aunque mi familia no hablaba inglés y yo (por supuesto) no hablo hindi (¡aún!), la verdad es que no fue una experiencia incómoda o desagradable. Esta es la primera vez que me siento a cenar con alguien y lo único que podemos hacer es señalar y sonreír. Es mucho más divertido de lo que suena, y también me enseñó muchísimo. 

Aprendí a juntar las manos cada vez que digo Namaste, y aprendí que Dhanyavad y Sukriya tienen el mismo significado (gracias), pero que sonreír es igual de efectivo. Ya estoy aprendiendo a acercarme a los lados de la carretera cuando escucho el claxon de un auto o una moto sin tener que voltear hacia atrás o salir corriendo despavorida. Y por fin, por fin me estoy acostumbrando a asentir como los indios, aunque cada vez que lo hago me siento chistosa. De lo único que me arrepiento es de haber usado tenis porque cada vez que salía de una casa me tardaba horas en volvérmelos a poner.

Estar viva se siente realmente bien. Estar viva y ver la magia de este país y su gente es aún mejor. México e India tienen más cosas en común de lo que la gente cree. 

Dhanyavad Deepali & Pratiksha! 

viernes, 5 de septiembre de 2014

Ganesh Chaturthi: Mi experiencia hindú.

Antier fue un día muy feliz en MUWCI.

Durante los pasados diez días, las familias hindúes (y nuestra escuela) tuvieron una estatua del Dios Ganesh en su casa. De hecho, me parece que los niños en las escuelas tuvieron vacaciones para poder celebrar al Dios por todo lo alto.

El Dios Ganesh es el Dios de los comienzos, la representación del aprendizaje & la sabiduría y el protector contra los obstáculos. En los primeros diez días en el que el Dios viene a una casa, la familia le reza dos veces al día. Estas oraciones se llaman Aarti.


Antier fue el último día de rezar, el cumpleaños de Lord Ganesh. ¡Obviamente, los festejos fueron grandiosos!

Para empezar, aquí en MUWCI nos bañamos en polvo de colores al ritmo de la música india. Como estamos en época de monsoon, en algún momento empezó a llover, y de ahí las cosas se pusieron mejor.


Después de eso, nos unimos a las oraciones finales al Dios, y personalmente, esta ha sido una de las pocas veces en mi vida en la que creo que entendí la verdadera intención de orar. Las oraciones hindúes son felices. La gente canta y aplaude cada vez más rápido mientras sostienen un tazón con fuego en frente del Dios. Más tarde, ese fuego fue pasado entre las personas, quienes ponen las manos cerca del fuego por unos segundos y luego se tocan la frente y los ojos antes de unir sus manos en una oración final.

El motivo por el que digo que entendí el significado de orar es que yo crecí en la religión católica. Aunque en este momento de mi vida no me considero parte de un grupo religioso, cuando era más chica iba a la iglesia y estaba acostumbrada a que rezar es una forma de pedir o agradecer a Dios por algo, pero siempre de una forma sombría o incluso culpable. Ayer, cuando vi a la gente aplaudir y cantar, entendí que por un segundo todos estábamos vibrando en la misma frecuencia. Aunque haya sido por un segundo, estábamos todos...juntos, en cierta forma.

Con esto no quiero decir que las oraciones católicas son malas o equivocadas, pero que tal vez mi experiencia en la religión católica hubiera sido distinta si hubiera entendido esto desde el principio. Sé que alguna gente si lo entiende. 

Bueno, de regreso a los festejos.

Por último, llevaron al Dios en un camión hasta el río, en donde fue sumergido. En nuestro caso, caminamos en frente del camión bailando, disfrutando la lluvia y de vez en cuando intentando imitar los gritos de la gente: 

"Ganpati Bappa Morya!"



*Fotografías por Tatsuya Yokota*

jueves, 4 de septiembre de 2014

Al ritmo de India

Ayer en la noche, mi escuela fue anfitriona de un concierto pequeño de Tabla y Sitar, dos de los instrumentos musicales más populares en la India. Obviamente, no me lo podía perder y hoy quiero compartir un poquito de eso por aquí.




Tabla es un set de dos tambores (en el lado izquierdo del video). Cada parte de la mano (o sea, la palma y cada dedo) produce un sonido diferente y por lo tanto, representa una nota distinta. El Sitar es el instrumento de cuerda gigante que se ve a la derecha del video, que produce los sonidos más hermosos que he escuchado, y que son tan característicos de la música india.

Como es de suponerse, mi video no le hace justicia a la belleza natural de la melodía. Una de mis roomies --Dipika (la chica India-Americana) mencionó que la música india literalmente "vibra a través de ti". 

La verdad es que no puedo encontrar una mejor manera de describirla.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Mumbai, Pune y todo lo demás.

Llegar a India es fantástico y espantoso, inesperado y aventurero, simple pero increíblemente emocionante. Es mucho más de lo que se puede expresar en una oración o incluso en un post.

Llegué a Mumbai el 24 de agosto, después de casi dos días de viaje, caminar sin rumbo en el Aeropuerto Charles de Gaulle por 7 horas, y morir lentamente porque mis maletas fueron las últimas en llegar. Francamente se sintió muy bien llegar al destino final: India. 

Las mejores calles de Mumbai son casi tan lindas como los peores lugares de la Ciudad de México, mi punto de comparación más adecuado. Lo que quiero decir es, la diferencia entre rico y pobre es demasiado grande. En algunos lugares hay edificios súper modernos de 10 pisos a un lado de un basurero, y espectaculares de villas privadas y condos, en las calles más sucias. 

Manejar por India es otra experiencia completamente. Algunas personas dicen que si puedes manejar en México, puedes manejar en cualquier lugar: es mentira. En India, el espacio entre auto y auto es como de medio centímetro, y tocar el claxon tiene un significado completamente distinto --que aún tengo que averiguar. Durante los 5 segundos en los que estuve en Mumbai vi una sola vaca en la calle (y no mil, como me habían asegurado que pasaría...) y sólo una persona me pidió dinero --mucho menos que los usuales 5 o más niños que piden dinero en cualquier calle de México. 

Cuando me recogieron en el aeropuerto, también vinieron conmigo dos franceses: un niño y una niña que estudian su primer año en MUWCI conmigo. Menciono esto porque Antoine, el chico francés, es rubio, asi que recibimos muchas miradas de los locales. A la gente en India le gusta mucho mirar a otros, e incluso cuando haces contacto visual para mostrar que no estás cómodo, a ellos no les importa demasiado. Así es India.

Llegar a la escuela tomó más o menos 3 horas de carretera y las mejores vistas de mi vida una vez fuera de Mumbai. Todo alrededor nuestro es verde y tan, tan vivo. 

Algo muy raro de India es que a la gente no le importa estar descalzo todo el tiempo. De hecho, la mayoría de las personas maneja descalza y andar descalzo en las calles parece ser una práctica común. Incluso en mi escuela, los zapatos son totalmente opcionales y para entrar a muchos lugares, dejamos los zapatos en la puerta. La vida es bella, ¿no?

Estar en la escuela es muy diferente a estar en cualquier otro lugar en el país e incluso se siente como estar en campamento de verano. Exceptuando el clima (que es muy diferente al de casa, pero no es malo), a veces no registro que estoy en India. Ahorita estamos en temporada de monsoon (o sea, temporada de lluvia), y aunque la mayor parte del tiempo está nublado, unas veces llueve y otras no. 

Durante la primer hora que estuve en el Campus me tocó que me dieran un tour por la escuela (es enorme!) y accidentalmente acabé con yendo con otras 20 personas a Internet Hill (un cerro vecino a la escuela en donde curiosamente no hay internet). Yo siendo yo, traía puestos los zapatos menos adecuados, pero no me importó caminar porque las vistas son hermosas. Aún es un poco difícil creer que tantas cosas buenas están pasando en mi vida ahorita.


El resto de mi semana estuvo lleno de Actividades de Orientación, que significó correr de un lado a otro, acostumbrarme a tener los pies llenos de lodo, tratar de aprenderme y pronunciar los nombres de todos (imposible, por cierto) y estar tan cansada al final del día, que a veces me pregunto como mi cuerpo resiste tantas cosas.

La comida aquí en MUWCI no es tan mala como me hicieron creer. De hecho está muy decente. Los domingos tenemos un muy buen desayuno, y el resto de la semana nunca sé que estoy comiendo exactamente, pero la mayor parte de las veces sabe muy bien. La vida es tan bella. 

En cuanto a mi casa, vivo en el edificio elegante. En la escuela vivimos en Wadas, que son como comunidades, o varios edificios con departamentos. Yo vivo en Wada 5, Casa A4. Comparto mi cuarto con una segundo año India que es muy graciosa, una co-año India-Americana que es probablemente la persona más dulce que existe, y una co-año danesa bellísima. Todas son tan lindas, es increíble. De verdad, algunas veces no creo que sea correcto que esté tan contenta en tan poquito tiempo, ¡solo he estado aquí una semana!

El Jueves pasado tuvimos un viaje a Pune, la ciudad más grande a la escuela. Son más o menos dos horas de viaje y yo diría, completamente valen la pena. Pune no es tradicionalmente bello. No es como París o Florencia, a los que vas e instantáneamente te enamoras. Más bien, requiere un poco de tiempo y una mente abierta. De nuevo, el choque entre status económico es muy, muy grande! Aún así, es útil saber que sí tenemos McDonalds, Pepe Jeans London, The Body Shop, Starbucks y casi todas las otras cosas que hay en casa.

Es imposible intentar explicar todas las cosas que pasaron en una semana. Supongo que por ahora es suficiente decir que no puedo creer que estoy tan contenta. Como casi todos saben, mi cumpleaños fue la semana pasada, en mi tercer día aquí y me hicieron dos pasteles a media noche, me escribieron muchas notas, recibí muchos abrazos y felicitaciones...y básicamente celebré mi cumpleaños por dos días (aquí y en México). Me siento tan querida. 

Todo lo demás que ha pasado es muy difícil de explicar. La vida aquí es muy intensa pero pocas veces en mi vida me he sentido más emocionada. Definitivamente nunca me he sentido más yo que ahora. Venir a MUWCI fue una muy, muy buena decisión.

Finalmente, me disculpo por la falta de fotos y la mala estructura de este texto, pero mis aventuras más recientes han tenido mucho más que ver con acostumbrarme al panorama y al estilo de vida y las personas. Francamente no creo tener energía o fuerza de voluntad para intentar y corregir esto a la perfección. Prometo poner más fotos pronto y dar cuentas más detalladas de mi vida en los siguientes posts.

Como siempre, gracias por estar.

-F.