He escrito mucho acerca de las tantas y tantas cosas que hay por hacer aquí en el cerrito y de cómo me han hecho sentir, pero no he hablado de la vida "ordinaria" que de vez en cuando se vive por aquí también, y este post va a ser dedicado a eso.
La vida en el Campus es muy intensa, tanto académicamente como a nivel social y emocional. A veces pasan muchas cosas (y mucha gente) en muy poco tiempo, y es agotador. Con esto no me refiero a que las cosas aquí vayan mal, al contrario: me encanta estar aquí.
Creo que lo que más me sorprende de MUWCI es el ambiente académico. Según yo, en el Tec de Monterrey tenía mucha libertad y muchas oportunidades para crecer como estudiante y como persona. Luego llegué a MUWCI y bueno, no sé si es que hay gente de tantos lugares diferentes y por lo mismo se necesita una tolerancia mayor, o que las mentes están más abiertas a otras cosas, o qué sé yo...pero aquí me siento realmente libre.
Para empezar, puedo darle a mis materias el enfoque que a mí me parezca mejor. Eso es algo que los estudiantes del IB en el Tec de Monterrey no pueden hacer, por ejemplo. Como yo quiero estudiar Historia del Arte, decidí enfocarme más en Humanidades y llevo Literatura en Español, Literatura en Inglés, Historia y Artes Visuales entre mis materias, además de Biología y Estudios Matemáticos.
Todas las materias que escogí me encantan. La verdad es que se siente muy extraño llegar a clase y decir "Ah, esta clase me gusta", y luego entrar a otra y decir "Oh, ésta también", y así con todas. Es un sentimiento que no había tenido antes. Creo que ni siquiera me molesta hacer tarea, aunque la tarea aquí es otro asunto, eso sí. En México estaba acostumbrada a que tenía las materias un día sí y un día no, por ejemplo: tendría Mate los lunes, miércoles y viernes e Historia los martes y jueves. Eso me daba dos días para hacer la tarea. Aquí no existe tal cosa como los días de la semana. Obviamente, el sábado y domingo los tengo libres para hacer lo que a mí me parezca mejor, pero de lunes a viernes los días se cuentan como Día 1, Día 2 y así...hasta el Día 7. Por lo mismo, tengo casi todas las materias todos los días, aunque siempre descansamos de una materia. Es un sistema complejo, pero funciona muy bien en términos de que nunca tengo días iguales, y por lo mismo es más difícil caer en la rutina y aburrirse, aunque tenga tarea todas las tardes.
Los salones de clases son otra onda. Las clases se toman en los Academic Quarters o AQ, como le decimos aquí. El AQ es en realidad es un círculo de salones. Cada salón tiene una ventana que da a una terraza individual de piedra, pero cada uno es diferente. En los salones en los que tenemos mesas, las mesas están puestas en un medio círculo, así que todos nos vemos y la conversación es fluida. Mi salón de Literatura en Español tiene colchones al centro y mesas en las orillas, el de Literatura en Inglés (mi favorito) tiene tapetes y almohadas, así que me puedo acostar o sentar. Para entrar a ese salón nos quitamos los zapatos (en parte por respeto y sensibilidad cultural y en parte porque es divertido y cómodo), y casi siempre uno de los perros de la escuela toma clase con nosotros.
Los maestros creen que para que un alumno esté aprendiendo necesita estar cómodo, entonces nos dejan comer, tomar agua/chai y hablar entre nosotros. Igual, me puedo levantar y caminar, estirarme, acostarme, o lo que yo necesite para estar bien. En México nunca me hubieran dejado sentarme en el piso porque hasta cuando ponía un pie en la silla, algunos maestros decían "Siéntate bien".
Mi clase de Biología (y todas las demás ciencias: Física, Química & Estudios Ambientales) la tomo en un edificio separado, en donde están los laboratorios, que son más parecidos a los que tenemos en casa.
Las clases del Grupo 6 (Artes Visuales, Cine, Teatro & Danza) se toman en otro edificio. El más bonito de todos. Mi salón de Arte está repleto de materiales, papeles, canvas, esculturas...es todo un estudio de artistas. Tiene un pared de puras ventanas, y la vista más hermosa de la escuela. Al centro están nuestras mesas de trabajo, y todo el tiempo huele a pintura y a inspiración.
En las tardes, algunas personas caminan hacia Internet Hill (el cerro vecino), otros bajan a Paud, la villa más grande que tenemos cerca, algunos más van hasta Pune, aunque eso es más bien los fines de semana. Hay gente que corre cerro abajo y luego cerro arriba por diversión. Otros se quedan en el Campus y van a la Casa del Árbol o al Templo a relajarse. Otros cocinan pasta en el Common Room mientras alguien canta y toca la guitarra y diecisiete personas más hacen la tarea a su alrededor.
Aunque quería explicar que también nosotros tenemos días normales, la verdad es que no es cierto. La vida aquí nunca es normal, y las cosas no son simplemente ordinarias. El hecho de salir de casa treinta segundos antes de empezar clase y saber que aún así voy a llegar, no es normal. Tampoco es normal ir a clases descalza, en pijama, con la lluvia cayéndome encima, teniendo cuidado de no pisar los charcos o resbalar. No es normal ir a la casa de mi Asesor a tomar Chocolate Abuelita, o cocinar un pastel en casa de un Profe a medianoche, u organizar una Cena de Latinos en casa de la Profe de Lite. No es normal que estés enferma y tus roomies te hagan té y te lleven Oreos de contrabando al Med Center.
Asi como las cosas no son ordinarias, las personas tampoco. En mi otra escuela, la gente se sorprendía de que me pudiera vestir con faldas largas y pantalones "de hippie" para ir a clases. Aquí, no existe tal cosa como vestir "normal" porque cada quién tiene un estilo propio, distinto. Puedes llegar vestido con las cosas más raras y la gente no va siquiera a parpadear. Hace unos días escuché a alguien en la cafetería decir que no sabían si eso era bueno o malo, porque la gente que antes era extraña llegaba a MUWCI y sobrepasaba la excentricidad. Cierto, muy cierto.
De izquierda a derecha: Dipika (Texas/India)mi roomie, Kayleigh (Gales) mi vecina de enfrente, Srishti (Texas/India) mi vecina de arriba, Pietro (Costa Rica) que vive a una casa & Yael (Israel) que también vive arriba.
Creo que en algún momento la vida por aquí se estabiliza. El siguiente mes que se acaben las actividades de integración, mis clases de las tardes (las extra escolares) tendrán un horario fijo y sabré un poco mejor cómo va a funcionar mi vida. Los fines de semana serán completamente libres. Podré escribir por aquí más seguido. Por lo mientras no tengo de otra mas que disfrutar los colores y sabores del caos que es mi vida ahora.